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– “Voy a darme de baja en el gimnasio y empezar a salir a correr, que es gratis.”

– ¿Y después qué? ¿Te has parado a pensar en lo que le sucede a tu cuerpo cuando decides prescindir del trabajo de fuerza?

Son muchas las personas que hoy en día están “enganchadas” al running y, más allá de la opinión personal de que correr es una de las opciones menos eficientes para perder peso, te diré que además, puede resultar siendo la más contraproducente.

El Running es una actividad en la que más allá del factor de bienestar asociado a la liberación de endorfinas (como con cualquier otra actividad física), se debe al atractivo de la lucha contra uno mismo, a la superación personal, lo cual respeto absolutamente. Si te gusta correr, puedes seguir  haciéndolo, pero combínalo siempre con actividades que potencien otros elementos como puedan ser la fuerza, potencia, coordinación…

Es sabido por todos que el sistema muscular es el responsable de que podamos movernos, de mantenernos firmes y estables y también de dar forma y composición a nuestro cuerpo.

Sin profundizar demasiado, si tenemos en cuenta la biomecánica de la carrera nuestro gesto técnico se basa en la zancada y la pisada al contactar con el suelo para producir un impulso y generar así una nueva zancada, produciéndose un ciclo de músculos que, en una fase son agonistas (principales), pero en la siguiente pasan a ser antagonistas (estabilizadores).

Tenemos en cuenta músculos como gemelo, sóleo o tendón de Aquiles entre otros en la FASE DE AMORTIGUACIÓN produciéndose un impacto bidireccional (más adelante explicaré por qué) contra el terreno.

Comienza el IMPUSLO y  la FASE DE VUELO y aquí nombraremos los músculos flexores de la pierna, flexores de cadera, cuádriceps, gemelos y sóleos trabajando conjuntamente en esta fase y preparándose tras el impulso para recibir de nuevo el impacto en la fase de amortiguación.

Contando también la musculatura abdominal que realiza una función estabilizadora de la parte superior del cuerpo en todas las fases.

La posición sobre tus pies también es un factor a tener muy en cuenta dependiendo de cómo se produzca esa fase de amortiguación, ya que todo lo que está debajo de nuestros pies va a afectar a nuestra estructura integral.

En resumen, la carrera es especialmente beneficiosa para los sistemas cardiovascular y respiratorio, pero tus músculos son los que te impulsan para poder realizar la actividad.

¿Qué pasaría si no tuviera fuerza suficiente en la musculatura?

Teniendo en cuenta que correr es un deporte cíclico y repetitivo (y que todo lo que se convierte en repetitivo de forma constante puede desembocar en lesión), ¿no sería mejor hacerlo sobre una base fuerte y robusta?

Si te dijera que a una frecuencia de 80-90 zancadas por minuto, se producen entre 4.500 y 4.800 impactos. Y que además, cada vez que, tras una fase de vuelo, “aterrizas” sobre tus piernas, lo haces triplicando el peso de tu cuerpo. Esa energía se redirecciona en dos sentidos: una parte hacia el terreno que pisas y otra en dirección ascendente hacia tus articulaciones. A más peso, más impacto, a más impacto más riesgo de lesión. ¿Entiendes ahora por qué no te recomiendo que adelgaces corriendo sin compensar de algún modo esos miles de factores desencadenantes en cada zancada?

¡Seguimos!

Deduzco que si quieres adelgazar es porque, probablemente tengas un alto índice de masa grasa con respecto al muscular. Si todos estos movimientos cíclicos y repetitivos, impactos triplicados y malos gestos de posicionamiento los realizas sin una buena composición corporal, como pudiera ser un esqueleto muscular potente y fuerte, le estarás pidiendo a tus huesos y, sobre todo, articulaciones que hagan la función de estabilizarte, impulsarte y frenarte siendo tarea del sistema muscular y, efectuándose un desgaste totalmente innecesario y muy negativo para tu esqueleto.

De todas maneras, supongamos que ya cuentas con una buena composición corporal y que nada de lo antes hablado “crees” que puede afectarte. Quédate con el concepto de “ECONOMÍA DE CARRERA” pues, gracias al trabajo de fuerza puedes conseguir retrasar la fatiga muscular, mejorar las fases de la carrera haciendo tu técnica mucho más eficiente, incrementar la función de potencia asociada al VO2max, prolongar tu salud y tu vida como runner previniendo la sarcopenia (pérdida de células musculares)… circuito funcional 2 circuito funcional 1

En fin, es cierto que el mundo del deporte ofrece un amplísimo abanico de posibilidades. Tal vez algunas sean más económicas que otras pero te diré algo que seguro ya has oído antes:

“LO BARATO SALE CARO”

Entrena con mucha coherencia y sé inteligente a la hora de tomar decisiones que implican tu salud. En Illes estamos dispuestos a asesorarte en todo lo que necesites y a entrenarte de la mejor forma para que consigas recuperarte de cualquier tipo de lesión o, ¿por qué no? Entrenarte para que empieces a ser uno de los millones de runners que corren hoy día los lugares más recónditos de este mundo.