Las revistas norteamericanas especializadas en salud y bienestar, Health y Shape, han elaborado una relación de consejos para limpiar el organismo, tras evaluar varios informes realizados por entidades de salud e investigación médica de EEUU.

Los seis consejos son los siguientes:

  • Sudar. Las saunas se han utilizado como parte de los protocolos de desintoxicación en medicina integral durante décadas y pueden ser especialmente útiles porque calientan los tejidos corporales. A medida que el cuerpo se calienta y el flujo sanguíneo se incrementa, las toxinas que se almacenan en la grasa corporal se liberan. Esto incluye compuestos como el BPA (que se encuentra en muchos plásticos), residuos de plaguicidas. Aunque antes de acudir, deberemos consultar con el médico.
  • Respirar profundamente. Al hacerlo, utilizando técnicas de Yoga, puede ayudar a deshacernos de las toxinas. Para comenzar el proceso, siéntate en una posición cómoda e inhala y exhala profundamente por la nariz. Mientras inhalas, imagina que la garganta está abriéndose como si estuvieras bostezando. Al exhalar, debes tratar de constreñir la parte posterior de la garganta y hacer un suave ‘ha’ sonido como si estuviera imitando el sonido del mar. En silencio cuenta hasta cinco en cada inhalación y exhalación, continuando de 5 a 15 minutos.
  • Dormir lo suficiente. Cuando dormimos, el cerebro elimina los residuos, según indica una investigación de la Universidad de Rochester. La mayoría de los adultos necesitan entre siete y nueve horas de sueño por noche.
  • Comer bien. Verduras como el brócoli, la coliflor y la col rizada, contienen fitonutrientes que ayudan al cuerpo a producir más antioxidantes. Lo mismo pasa con vegetales como el apio, que aumenta la producción de orina; y el cilantro, que puede ayudar a eliminar los metales pesados como el mercurio y el plomo del cuerpo. El té verde también puede ayudar a erradicar toxinas.
  • Reducir el consumo de azúcar. Al consumirla en exceso, el cuerpo segrega más insulina, y obliga al páncreas a trabajar más y termina agotado. A largo plazo, este tipo de hábito nos expone a desarrollar fatiga crónica, diabetes, cáncer, y subir de peso.
  • Hacer ejercicio. El ejercicio constante estimula la circulación sanguínea y el sistema linfático, mejora la digestión, reduce la tensión, lubrica las articulaciones, y fortalece el cuerpo. Las personas que hacen ejercicio regularmente tienen menos toxinas totales en su organismo.