El contacto con el agua es muy importante para los niños. Desde los 4 meses de edad, un bebé ya puede empezar a familiarizarse con el medio acuático junto con el papá o la mamá para que se sientan seguros.

Con un programa de actividades acuáticas para bebés, el niño adquirirá un conjunto de comportamientos que como máximo permitirá que no tenga miedo o recelo a meter la cara en el agua sin respirar y que sea capaz de mantener la flotación, bloqueando la respiración hasta que alguien venga a su socorro. Por ello, los programas de actividades acuáticas para bebés más que la posibilidad de que el niño se salve de situaciones de ahogamiento, promoverán una adaptación al medio acuático desde muy pronto, lo que favorecerá la relación del niño con el agua a lo largo de toda su vida. Esto es debido a que el agua será un medio privilegiado para experimentar nuevas sensaciones, nuevos comportamientos motores y estimular los diversos sentidos (Moreno y cols., 2004).

Los niños tienen una serie de reflejos que dejan de observarse en el trascurso de los 6 primeros meses de vida. Durante el primer año de vida, si se le proporciona un medio acuático adecuado conserva su gusto por el agua, refuerza su reflejo de apnea y adquiere el sentido del equilibrio estático en el agua. Al ser los reflejos un posible elemento de desarrollo, a continuación te prensetamos los principales reflejos que se pueden utilizar a través de la estimulación acuática (Fontanelli, 1990):

  • Reflejo de Moro: Se observa desde el nacimiento hasta los 4 meses y facilita la flotación dorsal y el desplazamiento en dicha posición.
  • Reflejo palpebral: Se observa desde el alumbramiento a los 2 años y consiste en mantener los ojos abiertos en el medio subacuático. Este reflejo permite al bebé bucear y orientarse bajo el agua.
  • Reflejo de búsqueda: Existe desde el nacimiento hasta los 5-6 meses, puede utilizarse para corregir la posición de la cabeza en la posición dorsal.
  • Reflejo tónico cervical simétrico: Sirve para mantener la cabeza erguida. Favorece el mantenimiento de las vías respiratorias fuera del agua en la posición prona. Inicia el movimiento de ascensión después de la inmersión. En la posición dorsal dificulta el mantenimiento de las vías respiratorias fuera del agua.
  • Respuesta de Jerónimo: Aparece del 5º al 9º, en algunos bebés, provoca un impulso a arrojarse al vacío. Favorece la zambullida.
  • Reflejo tónico cervical asimétrico (o del esgrimista): Se observa desde el nacimiento al 5º mes. Este reflejo facilita el cambio de la posición ventral a la dorsal, pero provoca el ingreso de la cara en el agua en la posición supina, desestabilizando también la flotación en esta postura.
  • Reflejo del paracaídas: Aparece a los 6 o 7 meses, protege la entrada de cabeza en el agua y ayuda a la propulsión en la zambullida.
  • Reflejo de gateo: Aparece alrededor de los 9 meses y se prolonga en el tiempo transformándose en acción voluntaria. Favorece la propulsión del estilo “perrito” por similitud de coordinación.
  • Reflejo natatorio: Se observa desde el nacimiento y tiende a inhibirse hacia el 5º mes. Parece que si se ejercita puede transformase en los rudimentos del crol ventral.

En los Centros Illes, ofrecemos la natación para bebés desde los 4 meses de edad, para poder favorecer al desarrollo del niño dentro del medio acuático. Contamos con gran variedad de horarios para que sea accesible para todas las familias.