Mi experiencia comenzó en 2013 durante mi embarazo. Acudí a las clases de natación y me gustaron mucho, el ambiente era muy bueno, buenas instalaciones y un estupendo trato humano. Más tarde en 2015 comencé a llevar a clases de natación a mi hija Irene, desde un principio quise que fuera con la monitora Patricia, ya que la conocía y sabía que me iría muy bien con ella. Mi hija está muy contenta con las clases  y con su monitora, que es muy cariñosa y hace que la clase sea muy entretenida.